Suele suceder que una persona de la familia tiene otra mirada más allá de lo evidente y va recogiendo algunos muebles que los demás no quieren. Le echan el ojillo a la pieza y hacen un mmmm con la mano en la barbilla y ¡ya tenemos nuevo cliente en Amarquimia! porque muchos acuden a nosotros para que materialicemos eso que han intuido. Curiosamente después de hacer tratamientos de carcoma, restaurar, diseñar, tapizar, ver la pintura una vez, volver a ver la pintura a las dos capas, acabado decorativo sí, no, tal vez…después de todo ese trabajo los que le habían hecho de menos a los muebles y a la intuición de nuestra nueva clienta ¡ay! les encanta y empiezan a ronear para ver si se los pueden llevar de nuevo. En este caso, las implicadas fueron dos, madre e hija, con una actitud y respeto exquisitos. Pasen y vean.

La pieza inicial consistió en un cabecero de rejilla de ratán. El caso es que la madre echó mano de una cama completa clásica de los años 60 ó 70 en un estilo alfonsino que fue muy popular en la época (mi señora madre tiene el dormitorio en este estilo). La hija estaba conforme con quedársela pero los dorados y el color no le gustaban nada. Finalmente la convencimos para que le diera una oportunidad a los dorados y la viera lacada manteniéndolos, si no, acabaríamos con ellos, prometido.

La elección de los colores comenzó con con la estructura. De todos los tonos, el verde con un toque militar fue su preferido. Una vez aplicado, la convocamos a nuestro taller para elegir el de la rejilla de ratán. Dar la oportunidad de ir definiendo el diseño por fases es algo que hacemos a menudo cuando estamos personalizando con patrones que no son comunes y es importante que el cliente vaya confirmando cada paso. Así que ni corta ni perezosa, la hija se decantó por un coral intenso para la rejilla y por supuesto, dejaba los dorados.

La combinación en persona es espectacular, las fotos no captan el efecto tan bonito que hacen los colores y el diseño del cabecero.

Uno de los protocolos que tenemos en Amarquimia es que los lacados de muebles que van destinados a dormitorios los hacemos con esmaltes de bajas emisiones COV y los rematamos con barnices acrílicos para que ganen dureza. Tu sistema inmunológico te lo agradecerá.

Las clientas quedaron muy contentas con el cabecero, así que en la entrega, comentamos acerca de una cómoda que la madre con buen criterio había indultado de la casa de otra de sus hijas. Además de ello, les hicimos algunas recomendaciones acerca del orden de los muebles en el dormitorio y de la incorporación de una alfombra. Oye, pues nos hicieron caso.

El trabajo de la cómoda consistió en: tratamiento curativo térmico para la carcoma, diseño, lacado a dos colores interior y exterior y aplicación de papel pintado.

El color de la estructura fue sencillo de elegir: el mismo que el del cabecero pero más claro, ya que la cómoda era muy grande y no queríamos que ganara peso visual. Los cajones quedaron en un blanco roto súper favorecedor y para rematarlos, hicimos una selección de papeles y telas.

Sin duda el papel pintado le da un toque especial. Ésta fue su elección.

Y así quedó la cómoda

En el dormitorio había también una estantería clásica para la que propusimos a nuestras clientas el mismo papel al fondo.

Además, la madre nos encomendó la lamparita de sobremesa para que la pusiéramos en coral.

Y todo encajó perfectamente para dar alas decorativas a un dormitorio muy personalizado con muebles recuperados.

Hemos acompañado a nuestras clientas en la materialización de sus propios gustos y deseos para que estos sean los que brillen y de los que se rodeen. Ha sido todo un placer. Que ustedes lo pasen bien 🙂