Tenemos mucha fe en las telas y en el poder de transformación de las mismas, bueno, pero qué te voy a contar a ti que no sepas, ¿acaso no se consiguen grandes cambios de imagen sólo con la ropa? pues eso. El tapizado del cabecero estaba claro, el de las mesillas fue la gran idea de Loli.

Un dormitorio clásico normalmente cuenta con muebles de calidad, para empezar porque hace años las cosas se hacían para durar, lo que sí sucede es que te puedes cansar un poco o mucho de ellos. A Loli le apetecía cambiar un poco sin tener que hacer una intervención profunda, su color preferido era el naranja e introducirlo en el dormitorio podía ser un inicio. Hicimos una búsqueda de telas y como gran aficionada a la pintura, escogió la que plasmaba unas flores en acuarela, que acabó impregnando también las mesillas.

Tapizamos pues el cabecero y la tela se abrió en todo su esplendor, casi como colocar un cuadro en su marco.

Para la intervención en las mesillas, buscamos un papel de pared que le fuera a tono (porque en principio se iba a colocar también sobre el armario y la coqueta) pero finalmente Loli nos dijo que le pusiéramos la misma tela. Buscamos entonces el reproducir la flor naranja dividida en los tres cajones para una de las mesillas y la rosa en la otra.

Conseguimos una personalización de los muebles que ya dejaron de ser clásicos para convertirse en recuquis

Con su dormitorio lleno de flores, Loli quedó encantada, y nosotros también por participar en las transformaciones de los hogares de la gente. Feliz finde, corazones.