María observaba detenidamente su dormitorio de cría, era uno de esos tipo camarote que fueron muy populares en los 80, todos los que fueron a EGB los conocen. Estos muebles la acompañaron de niña hasta que se marchó de casa de sus padres y curiosamente, cuando tuvo a su hijo, el dormitorio volvió a su lado. y claro, es que es muy amplio, se encuentra en buen estado y da el servicio justo y necesario pero estaba taaaan harta de él, que le dio un plazo de vida: que su lista de inversiones llegara al nuevo dormitorio infantil que quería comprar. Y el día llegó, y ella estaba contenta de no tener que ver esas puertas imitando rejilla mallorquina y esos detalles náuticos que le sobraban en su nueva visión minimalista de la vida.
Pero como suele suceder, una de esas conversaciones con café caliente entre amigas sacó a relucir el dormitorio en el corredor de la muerte y quizás una leve esperanza para él: podía tener un hueco en su nuevo despacho pero no desde luego con su aspecto actual. La amiga nos recomendó, le habló de nuestra visión de transformación práctica y muy personalizada, y María terminó por llamarnos.
Estupendo el cambio Angela, queda genial ! Yo me dedico a lo mismo que vosotros y me pongo enferma cuando veo un mueble en la basura o alguien lo quiere tirar. Buah!, se me remueve algo dentro y no pueddo por menos que decir, por dios, no lo tires!. píntalo y no te arrepentirás, jaja y así es.
Entiendo perfectamente que tu clienta esté tan feliz. Es lo que yo quiero transmitir a mis clientas…felicidad.
Os felicito
un saludo
Una colega que os admira
http://www.recikla-arte.com
Muchas gracias, Belén, en el camino estamos de poner el reciclaje como una opción más de peso en los hogares de nuestros clientes. 🙂 A ver qué tal se nos da, compañera, buena suerte (y también para nosotros), al final es cierto que restaurar genera una felicidad sorprendente