Tina es terapeuta, y, para su trabajo diario en su consulta de Cartagena, contaba con una silla de despacho normal. Si bien ella trabaja bastante en el suelo de la sala amplia, el sillón de su despacho es el mueble principal donde recibe a sus pacientes. Cuando su típica silla de oficina empezó a romperse (si es que no duran nada), ella sintió que era el momento de hacerse con un buen sillón de despacho de terapeuta para ejercer su labor de la manera más cómoda y alegre posible. En este punto de la historia entra Amarquimia.

Nosotros conocemos a Tina desde hace ya algunos años y ella ya había tenido la oportunidad de probar la Amarquimia a través de uno de los tardeo-talleres que hemos hecho en Cartagena (https://amarquimia.es/4-mujeres-en-nuestro-ultimo-tardeo-taller-y-sus-versiones-del-banquito-geisha/) y con una parejita de puffs que nos compró. Fue precisamente en una jornada de Puertas Abiertas cuando empezamos a hablar de su sillón, no de un sillón de ruedas cualquiera sino de un sillón rollo vintage para su despacho que estuviera acorde con ella y que le resultara muy cómodo y útil para poder atender a lo importante. Nosotros íbamos a buscar la pieza, la restauraríamos y realizaríamos un diseño a su gusto para tapizarla finalmente.

Una vez hubimos rastreado sillones según las características solicitadas, le mostramos las opciones a Tina (éstas son algunas de ellas):

Ella se decantó por este último sillón: un modelo de los 80, fuerte, mullido y con muchas posibilidades. Empieza la Amarquimia: lo destapizamos completamente y añadimos relleno para que ganara en confort y acogimiento (efecto colchoncito)

Estructura de fibra de poliéster y cojines de poliuretano (mejor reciclar, este material no es biodegradable)

Tina se enamoró de esta tela cuando la vio entre la selección que llevamos a nuestro tardeo-taller y al final fue la escogida: su toque fue el proponernos que la utilizáramos por ambas caras: la brillante por fuera y la mate en los cojines. Nosotros dijimos ¡pues genial! Además le apeteció un contraste en terciopelo marino y voilà! diseño a la medida personalizada de su dueña.

No es cómodo sino lo siguiente, pero también es firme y alto. Es un señor sillón con un aire de colchoncito rico.

Tina y su sillón ya plenamente mimetizados, funcionando como equipo en el despachito-consulta que dirige.

El color azul es importante en este espacio, aportando flashes de elemento agua, de relajación, concentración y fluidez. El blanco acoge y predomina por todas partes, por ejemplo en el armario recuperado y reconvertido en estantería (guiño deco, apúntatelo, ya hemos publicado algunas cosas en este rollo) y el suelo en marrón, en tierra a la que agarrarse para pisar bien firme.

El local donde Tina ha radicado su consulta es una casa herencia de su madre, la cual a buen seguro bendice su labor diariamente. Mucho hablamos nosotros de las herencias y de la transformación de las mismas para los nuevos usos que han de defender, a buen seguro los anteriores residentes están contentos con los cambios, ¿les habrá gustado nuestro sillón?

Nuestra Amarquimia, bueno, ya la de Tina, comparte espacio con la mecedora Poang de Ikea, una maravilla de diseño nórdico a la altura de todos los bolsillos. Nosotros, en contra de lo que mucha gente cree, estamos muy a favor de Ikea, encontramos que tiene grandes piezas, pero que todo de Ikea nos parece un poco rollo. Aquí está genial porque es muy cómoda y el suave balanceo resulta conveniente para ir sacando las verdades.

Detallitos muy femeninos.

Saltamos a la sala de espera con una sencillez magnífica. Nos encantan las sillas de director, este mueble lo encontramos muy estiloso. Mira la historia con mucha miga de esta fascinante pieza en nuestro post ( https://amarquimia.es/historia-de-un-mueble-la-silla-de-director/)

Los cojines de Budas le dan mucha energía a la sala y además están muy acorde con el uso del espacio.

Esta es la entrada a la casa y el pasillo que nos lleva a la sala Grande. ¿Te he dicho ya que esta casa es antigua y está restaurada? pues así es, con mucha sencillez y con un toque que a mí me recuerda a los muros encalados de una casa típica de Ibiza, la luz y el rollito me llevan a esas sensaciones de fluidez, paz y calma.

Tina asomándose.


Mensajes motivadores decorando.

La sala grande es sencilla y luminosa, tiene lo que necesita, necesita lo que tiene y apenas guarda unos pequeños toques decorativos.

Y después de pasearnos a nuestras anchas por esta casa-terapia, volvemos al tema que nos trajo hasta aquí: la Amarquimia completa que nos encargó Tina para apoyarse con firmeza y mucho confort y belleza en su labor diaria. Somos conscientes de la confianza que requiere la tarea y nos entregamos con mucho cariño a ella, yo creo que algo de eso se acaba notando ¿no? Un besazo, corazones.